ECFR Madrid

Reflotación del euro, deriva estratégica

José Ignacio Torreblanca y Jose Piquer publican el artículo «Reflotación del euro, deriva estratégica» en el Anuario Internacional CIDOB 2013. Si 2011 fue recordado como el año en que la UE se asomó al abismo y nombró lo innombrable (pues si caía el euro, caía Europa), 2012 se recordará como el año en que Europa se salvó. Ello no ha impedido, sin embargo, que la crisis del euro continuara condicionando muchos ámbitos de la política exterior europea. Así, por tercer año consecutivo, los líderes europeos han dedicado más atención y recursos a resolver los problemas financieros de Europa que a definir el papel geopolítico de la UE en el mundo.

¿Vuelven los fantasmas del pasado a la Europa de hoy?

El próximo 31 de marzo José Ignacio Torreblanca participará en el debate «¿Vuelven los fantasmas del pasado a la Europa de hoy?» tras la inauguración de la Exposición «Dictadura y democracia en la era de los extremos» en el Espacio Bertelsmann de Madrid

España: ¿repliegue estratégico en su política exterior?

Convertida en un instrumento de la agenda económica, la política exterior española acusa la reducción de recursos en diplomacia, defensa y desarrollo. Planificar mejor es necesario pero no suficiente. En plena crisis política y económica, con diversos frentes abiertos en España (Cataluña, la monarquía, escándalos de corrupción, etcétera), el European Foreign Policy Scorecard 2014 muestra una política exterior que combina atisbos de liderazgo, labor de fondo que no logra la visibilidad adecuada, mucha geoeconomía y las inercias habituales. Sobre todo, el capability crunch (déficit de capacidades) merma las tres áreas esenciales de la acción exterior (las tres “D”: diplomacia, defensa y desarrollo), reduciendo las ambiciones de España como país. Leer todo en Política Exterior

Ante pseudoguerras frías, cabezas frías

Todas las medidas para gestionar la crisis en Ucrania presentan dilemas políticos y diplomáticos. Hoy por hoy, lo prioritario es «de-escalar» las tensiones y evitar un conflicto mayor. La respuesta europea a la intervención rusa en Crimea está siendo gradual, escalando medidas ante la escalada de hechos en el terreno (por ejemplo, congelando las negociaciones del acuerdo comercial con Rusia o la liberalización de visados), pero sin cerrar la vía diplomática, y de apoyo político y económico al nuevo Gobierno en Kiev. En el contexto actual, los objetivos básicos deberían ser cuatro: «de-escalar» las tensiones en Ucrania en general, y Crimea en particular; «de-escalar» la tensión con Rusia; reafirmar la integridad territorial de Ucrania, y, finalmente, restaurar el orden constitucional así como evitar la quiebra económica del país.

ECFR analiza en los medios la crisis en Ucrania

Los medios españoles recogen los análisis sobre la crisis en Ucrania de los expertos de ECFR. José Ignacio Torreblanca en EL PAÍS, Francisco de Borja Lasheras en LA RAZÓN, Andrew Wilson en LA VANGUARDIA y Stefan Meister en EL DIARIO.

No van a renunciar

Por supuesto, es fácil entender los motivos políticos y económicos por los que Rusia se siente unida a Ucrania. Sin Ucrania, el grandioso plan de Putin, la misma razón de existir de su tercer mandato en el poder, la “Unión Euroasiática”, tendría demasiado componente asiático. Putin, desilusionado ante las críticas que le llegan de Europa, es aficionado a hablar de un giro hacia China y Asia oriental, pero, a pesar de los rumores que llegan de que hay interés en Turquía y, curiosamente, Siria, el proyecto euroasiático consistiría sobre todo en una alianza entre Rusia y esos países de Asia central a cuyos trabajadores inmigrantes detestan los nuevos nacionalistas rusos. En cambio, los ucranios son eslavos, como ellos. Además, la unión con Ucrania sirve como distracción de los problemas en el Cáucaso norte. Leer todo en elpais.com