Primeros planos: La Estrategia Europea Industrial de Defensa

La nueva estrategia industrial de defensa de la Comisión Europea pretende reforzar la industria de defensa común mediante contratos públicos comunes y locales. Pero para que tenga éxito necesitará apoyo financiero y político.

La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Comisario Europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, participan en una reunión del Colegio de Comisarios Europeos en Bruselas
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La guerra de Rusia contra Ucrania ha puesto de manifiesto la lenta capacidad de reacción de la atrofiada base industrial tecnológica de defensa europea tras décadas de reducción de las inversiones en la mayoría de los países europeos. La primera Estrategia Europea Industrial de Defensa (EDIS) de la Comisión Europea, presentada esta semana, ofrece un ambicioso marco para reforzar la industria europea de defensa invirtiendo «más, mejor, juntos y en Europa». Irá acompañada de un nuevo Programa Europeo para la Industria de Defensa (EDIP), que servirá para colmar lagunas en 2025-27 con 1.500 millones de euros para reforzar la competitividad y capacidad de respuesta de la industria y garantizar la disponibilidad y el suministro de productos de defensa. Aunque está previsto que Ucrania se beneficie y participe en algunos elementos del EDIP, la estrategia representa un esfuerzo a más largo plazo para ampliar la capacidad de la industria europea de defensa.

En la actualidad, el 78% de las adquisiciones europeas en materia de defensa proceden de fuera de la Unión Europea. La EDIS pretende incentivar a los europeos para que trabajen en cooperación e inviertan conjuntamente en capacidades construidas en Europa. Invita a los Estados miembros a adquirir al menos el 40% de los equipos de defensa en colaboración y el 50% dentro de la UE para 2030, porcentaje que aumentará hasta el 60% en 2035. Para ello, la Comisión se propone facilitar y apoyar programas conjuntos utilizando múltiples herramientas financieras y reglamentarias, que se basan en el actual refuerzo de la industria europea de defensa mediante la Ley de Contratación Pública Común (EDIRPA) y la Ley de Apoyo a la Producción de Municiones (ASAP).

Pequeños pasos

El objetivo de la estrategia de abordar el importante problema de la financiación de la defensa y el énfasis en la interoperabilidad son prometedores. Pero para que se produzca un cambio de paradigma, la Comisión debe afrontar varios retos:

  • En primer lugar, el dinero importa. Los 1.500 millones de euros movilizados para establecer el EDIP entre 2025 y 2027 representan una fracción del gasto europeo (aproximadamente el 0,2%), lo que dificultará la configuración del mercado. Hasta el próximo marco financiero plurianual de la UE, en 2028, no podrían asignarse fondos adicionales significativos.
  • En segundo lugar, la Comisión debe aclarar el funcionamiento de las distintas herramientas financieras, como el Fondo para Acelerar la Transformación de la Cadena de Suministro de Defensa (FAST) para apoyar a las pequeñas y medianas empresas; el Programa de Estructura para el Armamento Europeo (SEAP), que refuerza la cooperación en parte mediante una exención del IVA; y el mecanismo de Ventas Militares Europeas (que aparentemente sigue el modelo de la herramienta estadounidense de Ventas Militares Extranjeras, aunque se centra en la disponibilidad de equipos de la UE).
  • En tercer lugar, a medida que crezca, este esfuerzo tendrá que estar bien alineado con las prioridades de planificación de la defensa, que se definen principalmente a nivel nacional o en la OTAN. Para ello será necesario un compromiso mucho más estrecho entre la OTAN y la UE.
  • En cuarto lugar, los Estados miembros, sobre todo los más grandes, se han mostrado tradicionalmente reacios a europeizar las políticas de defensa y podrían resistirse a la percepción de una toma de poder por parte de la Comisión. La UE tendrá que convencerles – y convencer a sus industrias- del valor añadido de este planteamiento, incluida, para algunos, la opción de comprar productos europeos.
  • Por último, dados los fondos inicialmente asignados y el plazo habitual antes de su aplicación, el EDIS y el EDIP no abordarán las necesidades inmediatas de Ucrania ni las carencias de capacidades a corto plazo.

Una ambición a la altura

Aún no se ha decidido la iniciativa de defensa más ambiciosa de la Comisión, que podría constituir una sólida cartera para un futuro Comisario de Defensa (Industria). Si la financiación está a la altura de la ambición y la Comisión acuerda con los Estados miembros una forma clara de avanzar, podría allanar el camino hacia una UE más autónoma y resistente. En un entorno de seguridad deteriorado, con Estados Unidos atrapado entre debates internos y prioridades de defensa contrapuestas, esto sería una buena noticia para la seguridad europea.

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