Cómo puede ayudar Europa a preservar la frágil democracia de Túnez

La transición democrática de Túnez es frágil y queda a riesgo de ser arrastrada hacia las mismas dinámicas que pusieron fin al régimen de Ben Ali

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El acceso al mercado único europeo podría salvar la frágil democracia de Túnez

Seis años después de las Revoluciones Árabes que sorprendieron al mundo, Túnez es el único país partícipe que no ha degenerado o bien en una guerra civil (Siria, Libia y Yemen), o bien en mayor autocracia (Bahréin y Egipto). Aun así, según un nuevo informe de ECFR, su transición democrática es extremadamente frágil y queda a riesgo de ser arrastrada hacia las mismas dinámicas que pusieron fin al régimen de Ben Ali.

En el núcleo de las dificultades de Túnez para mantener la estabilidad se encuentra la ya antigua disparidad entre la desarrollada costa mediterránea y la ‘periferia’, compuesta por territorios del interior y por las fronteras con Argelia y Libia e ignorada desde hace tiempo. En estas áreas, el desempleo, la pobreza y la falta de oportunidades son el resultado de décadas de un proceso de construcción estatal asimétrico por parte de la Francia colonial y de los gobiernos independientes de Bourguiba (1956-1987) y Ben Ali (1987-2011).

Desde 2011, pese a la generosa ayuda internacional de casi 7 mil millones de dólares entre 2011 y 2015, los gobiernos democráticos de Túnez han fracasado en subsanar estas divisiones. En lugar de ello, la guerra en la vecina Libia y la lucha contra el terrorismo y el contrabando del lado tunecino de la frontera han excluido a muchos de la economía transfronteriza a la que las comunidades locales habían confiado sus medios de vida y han aumentado la corrupción entre los servicios de seguridad encargados del control de fronteras.

Lo que necesita Túnez es un desarrollo regional coherente y un plan de gobierno; uno que descentralice las decisiones sobre inversión en las regiones y que mejore la coordinación de fondos y la finalización de proyectos planeados para mejorar tanto la seguridad como el desarrollo económico de la periferia.

La UE puede jugar un papel fundamental para fomentar que el gobierno tunecino alcance este objetivo atrayendo a Túnez más hacia su órbita económica y aportando incentivos y apoyos para desarrollo de capacidades.

El mejor modo de hacer esto sería dar el paso gigante de invitar a Túnez a unirse al mercado único europeo a través del Espacio Económico Europeo (EEE), lo que proveería de incentivos reales para estimular las reformas económicas y de gobierno que requiere la estabilidad del país, la prosperidad y la integración de las periferias. Las periferias de Túnez podrían beneficiarse de los fondos de cohesión del EEE, que juegan un papel importante en el desarrollo de los mercados internos de las regiones más pobres, y también podría servirse de los mecanismos conocidos como las ‘Garantías del EEE y Noruega’ diseñados para fortalecer la igualdad de oportunidades, seguridad y estándares de vida a través del EEE.  

La UE también puede ayudar a preservar la frágil democracia de Túnez ayudando a promover el sector privado a través de colaboraciones entre bancos locales y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) y promoviendo el papel social del ejército con mejores mecanismos de supervisión, entrenamiento y con programa de formación profesional para la gente joven de las periferias de Túnez.

El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores no adopta posiciones colectivas. Las publicaciones de ECFR solo representan las opiniones de sus autores individuales.