CONFLICTO DIPLOMÁTICO

Turquía y Rusia: Nostalgia y tentación imperialista

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, saluda a su homólogo ruso, Vladimir Putin, durante el encuentro del G20, en Antalya (Turquía).

Tayyip y Vladimir recuerdan grandezas pasadas. Uno, recibiendo a dignatarios extranjeros con galas de hace siglos; el otro, lamenta el fin de la URSS

Ambos reivindican "derechos" inalienables de protección de su grupo étnico en países vecinos más débiles y en caos interno. Tayyip habla de los Turkmenos Bayirbucak en Siria, "nuestra gente" bombardeada por aviones rusos. Vladimir y su círculo de poder (desde spin doctors como Vladislav Surkov a exaltados al estilo Donald Trump) hablan del russkiy mir o mundo ruso, que abarcaría no sólo rusos, sino también rusófonos y "otros" pueblos que integraron el imperio ruso. Tales conceptos funcionan como instrumentos de poder, geopolítica y coerción. En su extremo, este discurso político presenta como legítima defensa lo que no son sino acciones de agresión y guerra. Justificando lo injustificable en el mundo post 1945, tenemos el ejemplo de la anexión de Crimea por "hombrecitos verdes": el golpe de Estado en Ucrania, reconocido por uno de sus autores, Igor Girkin 'Strelkov' (militar ruso posiblemente vinculado al FSB). Éste narraba, con toda sinceridad, cómo tuvieron que encerrar a punta de automática a los parlamentarios crimeanos para "votar" la incorporación a la Federación Rusa.

Ante estas reivindicaciones, la comunidad internacional tiene instrumentos preventivos como el establecimiento de hechos, el derecho y la mediación. Es el caso de instituciones como la OSCE, cuyo Alto Comisionado para las Minorías Nacionales ha alertado de masivos abusos contra los tártaros en Crimea, o el Consejo de Europa, con un Tribunal de Derechos Humanos cuya jurisdicción en Rusia podría terminar tras una reciente votación en la Duma (desamparando aún más a reclusos, opositores o gays). Pero no interesan porque suelen desarticular o matizar mucho tales narrativas. Asimismo, este discurso se apoya en lecturas revisionistas de la historia y los acuerdos internacionales; un ensordecedor spin propagandístico que alecciona al odio contra el Otro, y un espacio mediático controlado donde reina lo falaz y lo absurdo (entre anuncios sobre el buen tiempo que hará mañana para bombardear Siria). Más que ciudadanos, se busca crear lo que en el espacio post-soviético se conoce como "zomboyashchiks" (zombies).

En el fondo, a Tayyip y Vladimir les une la tentación imperialista y la nostalgia por grandezas pasadas. Uno, recibiendo a dignatarios extranjeros con guardias otomanos en galas de hace siglos, juega con un neo-otomanismo que mira a Oriente Próximo y Balcanes. El otro, bajo el síndrome de Versalles, lamenta el fin de la URSS, pensando en los zares. Una política exterior así permite ocultar desequilibrios básicos y mal gobierno en casa, aumentando la presión sobre opositores, clases profesionales o minorías. Sin duda, en tiempos de miedo, este discurso político vende. Erdoganismo y putinismo son tentadores para los reyezuelos regionales en Balcanes, desde donde escribo. También para líderes de la UE como Orbán o Le Pen, y algunos autoritarios de izquierda.

La realidad es que "nuestra gente" suele ser irrelevante en este Nuevo Gran Juego, tan parecido al viejo. Lo que importa es el control del país vecino en sí mismo a través de un gobierno amigo (o sea, controlable), y cuando eso no fuere posible, su debilitamiento o partición.

¿El resultado? Más conflictos étnicos donde antes, a menudo, había coexistencia de identidades híbridas. Empeora, como profecía auto-cumplida, la situación de "los nuestros" (que les pregunten a los serbios de Kosovo). Aumenta la inseguridad general y los riesgos de trágicos errores de cálculo. El revisionismo histórico unido a conceptos étnicos nos conduce a la inestabilidad sin fin y escenarios de 1914. ¿Se imaginan ustedes si Marruecos invocara "derechos" similares, no ya en Ceuta y Melilla, sino con los marroquíes en España; China en Siberia, o Alemania en Alsacia, Lorena y Kaliningrado? Urge reconstruir el orden internacional, rechazando el discurso político de estos sultanes, y la irresponsabilidad elevada a norma de mala conducta internacional a que nos arrastran con su testosterona, egos y delirios imperiales.

Francisco de Borja Lasheras es director adjunto de la oficina en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).

@LasherasBorja

6 Comentarios

6

Que poco imparcial y cegado el articulo, deberías reflexionar sobre justicia y equidad. PESIMO!!!!

5

Yo no soy ruso ni comunista y también creo que la desaparición de la URSS fue una tragedia que llevo miseria a la población y fragmentacion entre pueblos. Por otro lado permitió que EEUU acelerase sus constantes abusos y tejemanejes alrededor del mundo. Hechos y no palabras.

4

Turquía robando petróleo y Rusia exportándolo.

3

Estimado Borja, Putin es ugrofinés. En Rusia la cuarta parte de la población pertenece a las etnias ugrofinesas. O sea, no son rusos, ni siquiera son eslavos, ni sus lenguas son indoeuropeas! Y el llamado «russky mir», efectivamente, abarca a todos sin distinción étnica pues se trata de una forma de pensamiento, de unos valores determinados y de una manera de vivir y que por cierto, es multiconfesional. Nos guste o no nos guste ellos creen que así están mejor, que así tendrán mejor futuro y además llevan «practicando» este formato unos cuantos siglos. Y con la diferencia de los demás, a los que hemos «occidentalizado», por cierto con los resultados sobradamente conocidos, pues a diferencia de estos tienen un buen ejército y un buen historial bélico a su favor. Por lo que se nos hace muy complicado «democratizarlos» )) Dejémosles pues vivir como ellos creen conveniente y saquemos el máximo provecho de la cooperación y beneficios de las relaciones económicas.

2

¿Grandesas pasadas? jajaja solo la USA ha superado a la URSS en poderio militar, científico, industrial.... Los viejos imperios como los españoles o los Otomanso jamas intentarion tener tecnologia propia y ser un pais moderno e industrializado... Ni hablar de la carrera armamentística. Stalin siendo el mal hecho persona indsstrializó a la URSS a pasos agigantados y bueno jajajaj hasta fueron los primeros en llegar al espacio estos rusos. Y ni hablar a nivel militar... A diferencia de otros imperios en el pasado como los Británicos o los españoles, la URSS siempre miró hacia arriva intentando superarse a si misma y evolucionando industrialmente. Los españoles en sus imperios jamas salieron del trabajo forzado en el campo para la realeza. Los rusos trabajaron para ellos en un sistema fallido pero llegaron a la cima en muchos aspectos. Y Rusia ha heredado todo eso, la era postsoviética acabó y Rusia despierta de nuevo. A ver que pasa...

1

¡¡Una vergüenza de articulo!! Por lo tendencioso y miope ¿Cuantas bases militares tiene Rusia fuera de su territorio?¿Y EE.UU? Por favor!! Imperio solo hay uno. Al otro lado del charco hay un premio nobel de la paz, con una bonita sonrisa y elegantes andares que ha montado guerras en Ucrania, Libia, Siria, que apoya el terrorismo, que ataca a la industria alemana(volkswagen), que ha robado el oro aleman que tenia en deposito.. Igual el autor de este articulo debia preguntarse ¿Por que Francia y Alemania decidieron dar el septiembre pasado su apoyo a Putin en Siria? Siendo ello la mayor humillacion que ha recibido EE.UU en mucho tiempo por tener que cambiar asi su politica en Siria