Política

La mejora de los lazos entre la UE e Irán puede ser complicada

El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, este miércoles...

El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, este miércoles 15 de julio en Teherán (Irán) EFE EFE

Tras el acuerdo nuclear, parece más posible la reconstrucción de las relaciones comerciales entre los distintos países e Irán, pero no ocurre lo mismo con los lazos políticos.

El acuerdo nuclear firmado el martes con Irán probablemente intensifique las labores democráticas para reparar las dilapidadas relaciones entre el país y Europa, pero el verdadero compromiso político puede resultar más esquivo.

El recelo sobre las ambiciones de Teherán, las diferencias entre los gobiernos de la UE, y los límites del apalancamiento europeo en un Oriente Medio turbulento y problemático probablemente limiten la cooperación en cuestiones como Siria, Yemen o Irak.

Consecuencias diplomáticas del acuerdo

En primer lugar, sin embargo, el acuerdo ha dado pie a una procesión de visitas de alto perfil a Teherán. El ministro de Asuntos Exteriores francés Laurent Fabius dijo el miércoles que irá pronto.

El Secretario de Estado de Asuntos Exteriores británico Philip Hammond declaró el mismo día que espera que Reino Unido e Irán puedan reabrir sus respectivas embajadas a finales de año.

La jefa de la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, que presidió las negociaciones nucleares, también quiere abrir la primera misión de la UE en Teherán en 2016 como parte de lo que espera que sea un "nuevo capítulo" en las relaciones.

Relaciones comerciales

Desde el punto de vista comercial, no hay duda de que el acuerdo nuclear puede hacer que fructifiquen con el tiempo los lazos entre Irán y la UE. Si el acuerdo perdura, los iraníes podrían recibir en los próximos años un enorme flujo de inversiones europeas, convertirse en importantes proveedores de energía para una región que quiere diversificarse y distanciarse de las importaciones de gas ruso, y ver florecer otros vínculos comerciales y financieros.

Pero las relaciones políticas serán más difíciles de mejorar.

Relaciones políticas

En una entrevista en Viena mientras los diplomáticos mantenían tensas negociaciones para cerrar un acuerdo nuclear, Mogherini expresó un visión ambiciosa del compromiso con Teherán.

Acentuando los viejos lazos culturales y comerciales de Europa, Mogherini señaló que, una vez asegurado un acuerdo comercial tras décadas de conversaciones, la UE debería trabajar para unir a varios actores influyentes en Oriente Medio, entre ellos Irán, y "ver si es posible algún tipo de cooperación regional".

"Nos guste o no, Irán está en la frontera o en el epicentro de un complejo marco de conflictos [regionales]", explicó Mogherini. "La clave estaría en alentar a Irán a relacionarse con los países del Golfo Pérsico y viceversa".

Ellie Geranmayeh, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, expuso que la UE debería recrear el marco de los vínculos energéticos, comerciales, económicos y geopolíticos formados a finales de los años 90 bajo el ex presidente moderado de Irán Mohammad Khatami.

Geranmayeh también sugirió que la UE debería construir una "arquitectura segura" para acomodar a Irán y a Arabia Saudí.

Guillaume Xavier-Bender del German Marshall Fund señala que aunque Europa hace bien en entablar relaciones con Irán, su mayor reto a corto plazo será el de tranquilizar a los estados del Golfo y a Israel, muy escépticos con respecto a la diplomacia nuclear, asegurándoles que sus relaciones no se verán afectadas.

Distintos enfoques dentro de la UE

Xavier-Bender también explicó que había distintos enfoques entre los 28 gobiernos de la UE con respecto a las relaciones con Irán. Algunos, como Francia, que adoptaron una postura pública de dureza durante las negociaciones nucleares, han dado prioridad a los vínculos con los enemigos suníes de Irán en la región, como Arabia Saudí.

Alemania mantiene importantes lazos comerciales con Irán que se expandirán, pero Berlín también protege sus relaciones con Israel. Altas autoridades alemanas han guardado distancias con Teherán desde que la elección del presidente Hassan Rouhani a mediados de 2013 impulsó la diplomacia nuclear.

Algunos miembros de la UE, desde Dinamarca a la República Checa, centrarán cualquier diálogo con Irán en los derechos humanos.

"Definitivamente se da por hecho en Bruselas que un acuerdo derivará en una mayor cooperación con Irán", apunta Xavier-Bender. "Lo que será más complicado, en mi opinión, es la forma que adoptarán las relaciones de cada estado miembro".

Sin embargo, es la falta de influencia de la UE en la región la que da más motivos para la cautela, según Cornelius Adebahr del Carnegie Endowment for International Peace.

Cree que los ricos Estados del Golfo tienen poco interés en los esfuerzos de la UE para que entablen un diálogo con Irán. El año pasado, los saudíes dejaron claro a sus socios occidentales que si querían que Riad colaborase en la lucha contra el Estado Islámico, Irán debe mantenerse fuera del tablero.

Por otra parte, los miles de millones gastados por Teherán para apoyar al régimen de Assad en Siria y patrocinar las milicias en Irak también llevan a algunos diplomáticos europeos a recelar de poner demasiada confianza en la voluntad de Irán a iniciar una relación constructiva.

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