Tanques y vehículos militares rusos en el foto Army 2015 en Kubinka

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Riesgos y falsos pretextos sobre el armamento nuclear ruso

La semana pasada el presidente Putin anunció el rearme de su arsenal
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21 de junio de 2015 a las 05:18
Cada vez que aumentan las tensiones, el presidente ruso Vladímir Putin enarbola la amenaza nuclear, una estrategia bien estudiada de intimidación a Occidente, que oculta el atraso militar de Rusia y plantea riesgos si la histeria se impone.
Putin se declaró dispuesto a utilizar el arma nuclear en el momento de la anexión de Crimea, va a dotar a las fuerzas estratégicas rusas de 40 nuevos misiles intercontinentales de aquí a fin de año, y promete regularmente instalar misiles de corto alcance en Kaliningrado, en las puertas de la Unión Europea.

"Cada parte interpreta al revés las intenciones de la otra, especialmente Moscú. Es real el peligro de que Rusia responda a un ataque que solo existe en su mente", estima Kadri Kiik, experta del European Council on Foreign Relations de Gran Bretaña.
El New York Times reveló los proyectos estadounidenses de desplegar tanques en el este de Europa. El martes Rusia hizo el anuncio de los 40 misiles, al que siguieron las reacciones occidentales.

"Es injustificado y peligroso", sostuvo el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg. "Nadie quiere la vuelta de la guerra fría", afirmó el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Cuidado con "la escalada de palabras y de actos", advirtió Alemania.
Y sin embargo no había ninguna primicia en las declaraciones de Putin. Rusia emprendió hace 15 años una modernización de sus fuerzas nucleares y la medida no viola en absoluto el tratado START de reducción del armamento estratégico.

Moscú adquirió 38 misiles balísticos intercontinentales en 2014, prevé otros 40 este año y está retirando paralelamente 72, demasiado vetustos, lo que al final significará la reducción de su arsenal terrestre (unos 300 misiles), señala Igor Sutyagin, experto militar del Royal United Services Institute (RUSI) de Londres.

El ejército ruso disponía de 528 vectores nucleares desplegados (en tierra, en submarinos o en aviones) a fines de 2014, y Estados Unidos 794, según los datos intercambiados en el marco del nuevo acuerdo START de 2010. Es decir que Rusia ha sobrepasado ya ampliamente el objetivo de reducción fijado por ese tratado, a saber 700 en 2018.

Alharaca

¿Por qué entonces esa alharaca por parte del Kremlin? Para asustar a los occidentales, dividirlos y disuadirlos de recurrir a la fuerza si tuviesen esa tentación en momentos en que las tensiones se acumulan entre los dos campos, estima el experto.

Las herramientas de poder militar de Rusia son "los spetznaz (fuerzas especiales) y la fuerza nuclear. Y no se amenaza al mundo con spetznaz. Así que no queda más que la fuerza nuclear", considera Igor Sutyagin.
Rusia hace hincapié en su estatuto de única superpotencia nuclear además de Estados Unidos para ocultar la debilidad de sus fuerzas convencionales. El mensaje es ante todo político /("Tenemos el arma atómica, no lo olviden") pero el simple hecho de amenazar con utilizarla plantea riesgos, acota Sutyagin.

Las incursiones recurrentes de bombarderos estratégicos y submarinos nucleares cerca de las costas de los países de la OTAN o en el mar Negro, en contacto con las "fuerzas adversas", aumenta también el riesgo de accidentes.
"Nadie desea eso. Los dos campos saben que si llegaran a un confrontación militar, cuando los dos tienen el arma nuclear, las consecuencias serían dramáticas para todo el mundo", señala Jeffrey Mankoff, experto del Center for Strategic and International Studies de Washington.

Pero al hacer tales advertencias, Putin da la razón a quienes, en Washington, se aferran a sus viejos reflejos de guerra fría, con el riesgo de alimentar la carrera armamentista.
"Les da argumentos a los que abogan en Estados Unidos por una modernización más rápida y más ambiciosa del arsenal norteamericano", estima Camille Grand, director de la Fondation pour la Recherche Stratégique (FRS) de París.

Más que la amenaza transcontinental, bastante improbable, los expertos se muestran preocupados por los misiles de corto y mediano alcance (menos de 5.500 kilómetros). Se sospecha que Rusia ensayó un misil de crucero, en violación del tratado FNI de 1987, que prohíbe las armas nucleares de alcance intermedio en Europa.

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