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LIBIA

Un Gadafi a la 'reconquista' de Libia

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Saif al Islam, hijo del ex dictador asesinado en 2011, mueve sus hilos para presentarse a las elecciones previstas para la primavera de 2018.

Saif al Islam Gadafi, en una imagen de 2007.
Saif al Islam Gadafi, en una imagen de 2007. MAHMUD TURKIA AFP

Cuando estalló la rebelión contra el régimen del coronel Muamar Gadafi, en 2011, su hijo Saif al Islam -en aquel entonces, favorito para sucederle en el poder- prometió "quedarse en Libia para defender su territorio o morir como mártir" por el país. Meses después de decir esto, en octubre, ya con la guerra agonizando tras el asesinato de su padre, fue capturado por una milicia en pleno intento de huida por el desierto del Sáhara, encarcelado en una mazmorra de Zintan, juzgado y condenado a muerte por crímenes de guerra. Una amnistía le salvó y fue liberado el pasado junio.

En un nuevo e inesperado giro del 'culebrón' libio, Saif al Islam está hoy más cerca de cumplir aquella promesa. El hijo del ex dictador libio está moviendo sus hilos para volver a la primera línea política y ya son muchos los nostálgicos que creen que su rehabilitación como líder podría salvar al país mediterráneo del caos y la violencia que vive desde que su padre fue linchado.

Así lo aseguró recientemente su abogado, Jaled al Zaidi: "Está trabajando en política desde su base en Libia, con las tribus, las ciudades y los que toman las decisiones en el país". Al Zaidi recalcó que, pese a permanecer seis años cautivo de los milicianos de Zintan, Saif al Islam se encuentra "con buena salud" y con condiciones "médicas y psicológicas" óptimas. "Su objetivo es lograr la paz en Libia", afirmó. No se sabe a ciencia cierta dónde se encuentra Saif al Islam Gadafi; hay informaciones contradictorias que le sitúan en Zintan tanto como en las ciudades orientales de Al Bayda o Tobruk, sedes de uno de los gobiernos rivales del Ejecutivo reconocido por Naciones Unidas, el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) establecido en Trípoli.

Un miembro del Ejército Nacional Libio, liderado por Jalifa Hafter, corre durante un enfrentamiento con una milicia rival en Bengasi.
Un miembro del Ejército Nacional Libio, liderado por Jalifa Hafter, corre durante un enfrentamiento con una milicia rival en Bengasi.ESAM AL-FETORIREUTERS

Pero no todo es ambición política y amor por su pueblo en el hijo predilecto de Gadafi. Una de las razones de que Saif al Islam (cuyo nombre significa en árabe Espada del Islam) cumpla su promesa de 2011 es que ahora no puede salir de Libia, ya que se enfrentaría a una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra. La amnistía por la que fue liberado emana de una ley aprobada el año pasado por el Parlamento de Tobruk, que cuenta con el apoyo del general Jalifa Hafter, actual 'hombre fuerte' del este de Libia y rival del GNA. Hafter y el líder del GNA, Fayez al Sarraj, firmaron el pasado julio un acuerdo de cese el fuego entre sus milicias y sellaron un pacto para celebrar elecciones la próxima primavera.

El heredero de Gadafi tiene puestos los ojos en estos comicios, reuniéndose a diario con líderes tribales para elaborar una lista electoral, en un intento de recuperar su fama de líder aperturista de antes de la guerra. "Hay consenso general para apoyar a Saif al Islam como candidato a las presidenciales. Es la figura más importante capaz de tener éxito en esas elecciones y gestionar el país", ha dicho Ashraf Abdel Fattah, miembro del Consejo Supremo de las Tribus Libias, al canal de televisión Al Arabiya. "Muchos le ven como la única solución para salvar Libia de su caótica situación y unir filas para luchar contra el terrorismo", añadió.

Otros, como Mattia Toaldo, analista del Consejo Europeo para las Relaciones Internacionales (ECFR), dudan incluso de la viabilidad de las elecciones previstas para 2018. "Las elecciones son una fantasía en el marco actual", ha dicho a la italiana Agenzia Nova. Pero lo que está claro es que la rehabilitación de Gadafi se podría beneficiar de la complicada situación del país, que sufre violencia crónica desde 2011. Ninguna figura política ha sabido aglutinar a la miríada de tribus y de milicias de ciudades rivales que se disputan el gobierno -actualmente dividido en tres centros de poder-. Ahora, el regreso de un Gadafi añade otra pieza al ingobernable puzle libio.

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