Cuarta reunión del Grupo de Trabajo sobre Egipto

Fidel Sendagorta, embajador de España en Egipto hasta mayo de 2014, y Aziz el-Kaissouni, visiting fellow de ECFR, fueron los invitados en la cuarta reunión del grupo.

Guests

Fidel Sendagorta Gómez del Campillo, Embajador de España en Egipto 2010-2014.

Aziz el-Kaissouni, Visiting Fellow, ECFR.

Chaired by

Francisco de Borja Lasheras, Director Adjunto, ECFR Madrid.

El lunes 23 de junio tuvo lugar en el Salón de Embajadores de Casa Árabe la cuarta reunión del Grupo de Trabajo sobre Egipto de ECFR Madrid, un grupo multidisciplinar de expertos, diplomáticos europeos y responsables gubernamentales dirigido a seguir de cerca el complejo proceso de transición en Egipto, en sus distintas vertientes: reforma constitucional, contexto político-social, aspectos geopolíticos, etc.

En esta ocasión han participado como ponentes Fidel Sendagorta Gómez del Campillo, Embajador de España en Egipto desde 2010 hasta el pasado mes de mayo de 2014, y Aziz el-Kaissouni, investigador visitante del programa Oriente Medio y Norte de África de ECFR. En el debate, bajo la regla Chatham House, participaron también otros representantes del gobierno español y embajadas y analistas, que compartieron sus opiniones sobre el diagnóstico y la posible evolución de Egipto tras la reciente confirmación de El Sisi como presidente del país.

Los participantes destacaron que los votantes parecieron buscar en las urnas al menos estabilidad, si bien su victoria está condicionada por la falta de oposición efectiva, tanto política como mediática. El resultado es el fortalecimiento del “deep state” y el complejo militar, además de una marcha atrás en las frágiles libertades que se habían conseguido en los últimos años. Igualmente preocupante resulta la falta de cualquier disposición a una posible reconciliación con los Hermanos Musulmanes, víctimas de una campaña de represión y marginación política. Queda por ver si el Estado será capaz de suplir la red de asistencia social de los Hermanos que el régimen mismo está desmantelando, con el impacto que ello supone en el bienestar de los ciudadanos más pobres. Tras siete citas con las urnas en tres años, la vida de los egipcios no parece haber mejorado.

Durante el debate se profundizó en algunos de los retos de un país que padece un crecimiento demográfico desbocado, muy sensible a shocks en la economía y por ahora dependiente de la ayuda financiera del Golfo. Pero Egipto necesita para su recuperación económica que sus socios internacionales vuelvan a traer inversión y turismo al país. Por ahora estos socios parecen interesarse solo por una colaboración en materia de seguridad, pero este cortoplacismo no favorecerá la estabilidad a largo plazo. Hoy es difícil para actores como la UE y sus Estados miembros recuperar la credibilidad perdida por la falta de decisión y de coherencia demostrada desde la caída de Mubarak. No obstante, su mayor implicación, junto a la de otros actores regionales como la Liga Árabe o la Unión Africana, es crucial para la mejora de la situación tanto interna en Egipto como en su entorno, con especial atención a Libia.